El acusado cayó en su propia trampa tras haber citado a una niña de 12 años a un encuentro, el domingo a la noche en inmediaciones de un club.
La madre de la menor se hizo pasar por ella y acudió a la cita. Tras el arribo del sospechoso al lugar, junto a un grupo de vecinos lo redujeron y golpearon provocándole severas lesiones en distintas partes del cuerpo, las más considerables en la zona del rostro.
El acusado fue hospitalizado y, tras ser atendido, quedó detenido a disposición del juzgado interviniente.
Efectivos de la división Comando Radioeléctrico fueron alertados mediante un llamado telefónico que se estaba produciendo un gran desorden en el barrio y rápidamente se dirigieron al lugar. Una vez allí, constataron que alrededor de diez personas redujeron y agredieron a golpes al presunto abusador.