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Tras su manto de neblinas,
no las hemos de olvidar.

“¡Las Malvinas, Argentinas!”,
clama el viento y ruge el mar.

Ni de aquellos horizontes
nuestra enseña han de arrancar,
pues su blanco está en los montes
y en su azul se tiñe el mar.

¡Por ausente, por vencido
bajo extraño pabellón,
ningún suelo más querido;
de la patria en la extensión!

¿Quién nos habla aquí de olvido,
de renuncia, de perdón? …
¡Ningún suelo más querido,
de la patria en la extensión.

¡Rompa el manto de neblinas,
como un sol, nuestro ideal :
“Las Malvinas, Argentinas
en dominio ya inmortal”!

• Una cinta celeste y blanca

voy a dejar en el mar,

cuando baje la mares

las olitas se la llevarán,

y tal vez llegue flotando

hasta las Islas Malvinas

para pintar en sus playas

los colores de Argentina

de Mónica Tirabasso

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