Tras fiesta clandestina persiguen a balazos a dos hermanos: uno murió

0
333

Una discusión en una fiesta clandestina en Villa Angelelli, una persecución de una motocicleta a otra y disparos que terminaron con la vida de un joven y heridas en su hermano en Nuestro Hogar III despertaron el domingo a los cordobeses en un nuevo capítulo de la violencia urbana.

Las víctimas fueron dos hermanos oriundos del barrio donde fueron baleados: el fallecido es Benjamín Ulises López (20), mientras que Elías López (18) terminó internado de gravedad en el Hospital Príncipe de Asturias, en el sur de la capital.

La balacera, cerca de las 8, obligó a suspender la recepción de votos en los comicios de la Unión Cívica Radical (UCR) ya que uno de los centros de votación estaba muy cerca del escenario del crimen, en la avenida principal de Nuestro Hogar III. Pronto estaban trabajando allí los efectivos de la Policía Judicial.

El fiscal Gustavo Dalma tomó intervención personal en el lugar de los disparos que, en principio, fueron efectuados desde una moto a la otra. No obstante, los relatos están reconstruyéndose a partir de escasos testimonios que no logran cerrar una versión uniforme. Esas dificultades en reconstruir la mecánica del crimen tienen que ver con que los relatos son parciales por la condición de quienes los formulan: el herido antes de quedar inconsciente en el hospital, el adolescente de 14 años que conducía la moto y salvó su vida, que está en shock, y su hermana mayor que declaraba en la unidad judicial lo que él relataba después de que las balas le habían pasado junto a la cabeza.

Lo más llamativo de todo es que la agresión de una moto hacia la otra se habría producido a corta distancia y se presume que “la misma bala que mató a Ulises fue la que quedó alojada en la cabeza de su hermano Elías”.

Los investigadores no alcanzan a determinar si la moto del o los agresores (tampoco está claro cuántos dispararon), estaba delante del rodado que escapaba con el chico de 14 años tratando de apurarse a partir de las detonaciones.

Las hipótesis son dos a partir de que Ulises murió de un disparo en la cabeza con orificio de ingreso y de salida, atrás y en la frente, o al revés, según de dónde le hayan disparado. Se cree que esa misma bala fue la que terminó en el costado izquierdo de la cabeza de Elías, entre el cuero cabelludo y el cráneo.

La potencia de ese disparo hace pensar a los expertos de balística que el arma de los agresores sería una pistola nueve milímetros u otra arma calibre .38. Otra posibilidad es que la detonación haya sido muy cercana.

Lo poco en limpio que se está recabando es que tras la discusión áspera en Villa Angelelli los López huyeron “de a tres” en la moto que conducía el chico de 14 años. No tuvieron mayor inconveniente hasta que, al ingresar al barrio, comenzaron a escuchar los disparos. Sentado “en el medio” Elías le habría dicho al conductor “apurate, andá más rápido que nos están tirando”. Sin embargo, ya era demasiado tarde para que la moto sobrecargada tomara velocidad. El sobreviviente de esa moto quedó en estado de shock.

Tras escucharse los primeros disparos Ulises cayó de la moto y el adolescente llevó a Elías hasta su casa, todavía consciente. Luego, con el mayor de los López volvieron al lugar de la balacera pero Ulises ya había fallecido.

La investigación que conduce Dalma es incipiente y se esperan los resultados de medidas clave, como la autopsia que ayudará a establecer, entre otros puntos, la trayectoria del o los proyectiles.

Mientras esto sucedía en las últimas horas del domingo, se trataba de verificar datos de quién o quiénes serían los agresores, a partir de los testimonios de las pocas personas que estaban a las 8 en barrio Nuestro Hogar III y de quienes pudieran identificarse como asistentes a la fiesta clandestina de Villa Angelelli. (La Voz)

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí